¿Por qué se queman los blogs?

El 21 de abril Nacho de la Fuente, el periodista gallego que mantenía La huella digital desde hace al menos tres años, anunció que su blog quedaba aparcado de forma temporal aunque indefinida. Después de ganar un premio Bob al mejor blog en español de 2006 y un radical cambio de plantilla, Nacho anuncia que detiene la publicación de posts porque tiene una familia. No voy a meterme donde no me llaman, así que no haré comentario alguno acerca de sus razones para hacer lo que hace, únicamente diré que lo lamento como lector habitual de sus textos.

Sin embargo, la noticia me ha dado que pensar, y de eso sí que quiero hablar. ¿Por qué se queman los blogs? Las razones son de sentido común: falta de constancia, tema poco original, excesivamente especializado, excesivamente abundante o excesivamente raro, ausencia de visitas, agotamiento de ideas, desencanto ante la escasa repercusión, integración en una comunidad de blogs similares, falta de tiempo, agotamiento/atrofia por síndrome de actualización constante, moda pasajera... Creo que no me dejo ninguna de las importantes. La cosa es que uno comienza a publicar posts, consigue dar salida a una emanación creativa más o menos fuerte, valiosa, gratuita y/o relativamente sencilla, y claro, espera una reacción, un cambio. Desconozco los motivos de los demás, en mi caso se trata de dar a conocer mis textos, propiciar un cambio de fase y, de paso, afilar mi estilo personal. No se puede decir que de momento haya tenido mucho éxito (date una vuelta por mis anoréxicas estadísticas o comprueba la frecuencia de los comentarios), aunque puedo asegurar que mi estilo ha mejorado mucho.

Cada tanto (cuando tengo tiempo o no hay ningún post a la vista) me da por revisar el blogroll y me doy cuenta de lo fácil que es que se muera un blog, porque siempre tengo algún enlace para eliminar debido a que su contenido ha quedado congelado. No sé si Technorati tendrá en cuenta este factor a la hora de otorgar el codiciado índice de "autoridad" a una bitácora.

Al fin y al cabo un blog es una contribución voluntaria, por lo que si no se obtiene respuesta lo normal es que termine por extinguirse. Lo que yo me pregunto es qué pasará cuando se haga evidente que la Web 2.0 no es ninguna revolución sino una moda; cuando los millares de anónimos que se lanzaron a aportar información, cultura y conocimiento decidan que ya está bien de proporcionar tráfico e ingresos a sus anfitriones sin obtener nada a cambio. ¿Descubriremos entonces a los auténticos blogueros? ¿Surgirá algún nuevo gurú capaz de dar el salto a los canales de comunicación que sí están dentro del mercado? ¿Habrá alguna vez un presentador de televisión que haya sido antes un exitoso bloguero?

Me asusta un poco pensar en esos blogs supervivientes como una actividad sin fin ni finalidad, mantenidos por pura inercia y con apenas visitantes y reacciones. ¿En que se habrá convertido entonces la blogosfera? Yo os lo diré: en una actividad idéntica a la que llevaba a cabo aquella gente que en los años noventa del siglo XX rodaba en Super 8 cuando el video era una realidad asentada e insoslayable. Y una pregunta más: ¿El declive se producirá porque habrá surgido algún otro fenómeno capaz de eclipsar al blog o porque habrá disminuido la pulsión creativa del usuario/consumidor como si de un ciclo económico se tratara?

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Yo creo que la respuesta a tu pregunta final va más por el primer punto: las redes sociales y el microblgoging compiten por el interés y el tiempo de los usuarios, y apenas requieren para participar una fracción del trabajo intelectual que supone escribir un post. Ánimo y saludos.
El tecnócrata de letras ha dicho que…
M@k: eso está claro, pero a pesar de que sea tan fácil seguro que la gente se acabará cansando. Lo triste es que esta explosión de creatividad pase sind ejar huella, por eso espero que algunos blogueros acaben dando el salto a otros medios....

Nos leemos!!!

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