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Mostrando entradas de marzo, 2014

El origen de la ética: mito, realidad y externalización

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«La elección es tuya, pero elegir es obligatorio y los límites dentro de los que puedes elegir no son negociables» (Zygmunt Bauman: Mundo consumo. La ética del individuo en la aldea global , 2008). Los cimientos de la civilización occidental se sustentan --según Freud -- en una contradicción insalvable : por un lado la sociedad exhorta a respetar como a un igual al prójimo (un principio contrario a la lógica de la supervivencia del más fuerte que define al estado de naturaleza), mientras que por otro considera la búsqueda de la propia felicidad como una inclinación legítima de todo ser humano (algo así como una variante del egoísmo que caracteriza a los individuos que viven en un estado de naturaleza). Si se asumen ambas premisas (o cualquiera de las dos por separado), es imposible que exista una teoría que explique el comportamiento de los humanos organizados en sociedades complejas . No andaba muy desencaminado Freud cuando achacaba el origen de todas las neurosis del hombre mo

La contracultura de masas: 2. La contracultura oficial

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1. Las industrias culturales «La modernidad hedonista comercial no es el horizonte de la felicidad humana» ( Henri Lefebvre : Crítica de la vida cotidiana, 1947). La contracultura carece, por definición, de estructura y de liderazgo formales, pero su objetivo es el mismo que el de cualquier corriente ideológica o artística integrada: el poder de las ideas y de la expresión artística ( Goffman , 2004). Hasta que la información y las comunicaciones no han subvertido este estado de cosas, se ha considerado a la contracultura como una reacción contra valores vigentes y mayoritarios . El hecho de que el objeto de su crítica sea lo «normal» lo que la convierte en transgresora y sospechosa de subversión. A pesar de que ya existían corrientes ideológicas y culturales que cumplían ambos requisitos desde mediados del siglo XIX, no es hasta la década de los sesenta del siglo XX cuando a cualquier movimiento contestatario del poder se le denomina específicamente como contracultura . Sin