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Mostrando entradas de diciembre, 2007

La Web 2.0 y su coche escoba

Imagen
Acabo de leer el libro Web 2.0 de Antonio Fumero , Genís Roca y Fernando Sáez Vacas , centrado en las perspectivas y repercusiones de la tecnología participativa --también conocida como 2.0 -- en nuestra sociedad. A continuación , la casualidad ha hecho que lea La gacela de Wirayut , de Emilio Arias , y me ha venido a la mente la imagen del coche escoba ese que descalifica a todos los ciclistas rezagados que alcanza durante su recorrido . Porque el libro de Arias me ha provocado el mismo efecto sobre toda esa ciencia previsional y paradisíaca de la Web 2.0 de Fumero, Roca y Sáez: por mucha democracia participativa, mucha igualdad de oportunidades y mucha creatividad individual que facilite la tecnología, el trabajo por cuenta ajena sigue siendo la forma más extendida de supervivencia para la inmensa mayoría de humanos; mientras que por su parte las empresas siguen inmersas en un mercado regido por la optimización de los costes en un contexto de --no auténticamente-- libre competenc

Hablemos de comercio electrónico

Esta vez no hay advertencias ni paradojas de ninguna clase, tan sólo quiero comentar dos experiencias de compra de regalos navideños por Internet . La primera es en Playmobil , en la que he conseguido unos complementos para la casa colonial de muñecas que no encontraba por ninguna parte. Lo primero que debo decir es que el proceso no es nada amigable ; eficaz sí, pero no agradable: tras el consabido registro hay que localizar el producto entrando por la gama que le corresponde, ya que la herramienta de búsqueda no sirve para nada a menos que se parametrice según los apartados del catálogo (algo absurdo desde el punto de vista del usuario/consumidor, que no tiene por qué conocerlos de antemano). Aunque lo peor de todo es la nula comunicación ofrecida por el vendedor: no envían un mísero correo al finalizar la transacción (eso siempre da seguridad el usuario/consumidor, que tiene algo a lo que agarrarse en caso de dudas o reclamaciones). Ni siquiera se dignaron responder a los dos mens

Donde las cosas no tienen nombre

En el bar donde desayuno cada mañana, el dueño/camarero y los desayunantes de turno charlan sobre impuestos municipales . Por lo visto los bares y restaurantes deben abonar una tasa por anunciar productos y servicios propios (bocatas, comedor en el interior) a la calle. Cuesta comprender el sentido de la medida, ya que para los propietarios se trata de algo implícito en su actividad: promocionarse desde su propio local. Para el ayuntamiento de turno es una cuestión de gestión visual del espacio público. Y hablando de tasas, el dueño recuerda los 90 € bimensuales que abona por tener la radio y la televisión funcionando en su bar . Por lo visto un bufete de abogados le remitió en su día una carta informándole de la conveniencia de realizar este pago a la SGAE , ya que no hacerlo podría acarrear consecuencias judiciales. El hombre, claro, se acojonó y ha empezado a pagar. ¿Qué bufete era ese? ¿Por cuenta de quién realizó ese mailing ? ¿Qué porcentaje por tasa apalabrada se llevaba? Descon