¿Para qué comprar un tocadiscos si sólo puedo escuchar música medieval?

Me entero por un amigo que unos grandes almacenes comienzan a vender el hardware para leer libros electrónicos . Después de la conversación, me pongo a reflexionar --una vez más-- sobre el futuro de la industria editorial: en este mundillo (como sostiene mi amigo, que para eso está metido en el ramo) las novedades son el caballo de batalla porque ahí está el negocio . Sin embargo, con los libros electrónicos, debido a la incertidumbre ante las perspectivas acerca de su viabilidad, únicamente ofrecen obras libres de derechos o cedidas expresamente porque su vigencia no supone una amenaza de pérdida de ganancias; de esta manera se evitan problemas sin que cueste prácticamente nada la inversión. Desde el punto de vista del usuario/consumidor la cosa se ve muy diferente; y en esto de nuevo mi amigo la clava cuando resume el problema del libro electrónico tal y como se está planteando: "¿para qué comprar un tocadiscos si sólo puedo escuchar música medieval?" . Quizá la primera ...